SUSAN HAYWARD

Susan Hayward, fue una de las mejores actrices que dió la época dorada de Hollywood .Sus trabajos en el cine fueron muy respetados ,tanto por el público como por la crítica. Su especialidad fue la de interpretar papeles de mujeres enérgicas y voluntariosas, mujeres decididas y con personalidad.

Susan nació un 30 de Junio del año 1917 en Nueva York. Comenzó su carrera como modelo fotográfica, pero sus enormes ganas de triunfar, la llevaron hasta Hollywood en 1937, para intentar conseguir el papel de Escarlata O’Hara en “Lo que el viento se llevó”.Al no lograr su propósito ,siguió probando suerte y debutó por fin en un musical, que por cierto no tuvo repercusión alguna en su carrera. No fue hasta que intervino con un pequeño papel en la película “Beau Geste”(1939), junto al ya consagrado 

Gary Cooper , cuando su nombre se hizo algo conocido en el mundo escénico.

Con el inolvidable John Wayne, rodó las interpretaciones que la hicieron más conocida en sus comienzos con películas como “Reap the Wild Wind”(1942) o “The Fighting Seabees”(1944).A partir de este momento interpreta papeles estelares ,que la llevan a ser conocida por sus dramaticas y 

estupendas interpretaciones

.

En 1947 protagoniza “Una mujer destruida” dirigida por Stuart Heisler , y en la cual borda a la perfección el papel de una mujer alcohólica. Con esta película por fin se le reconoce su enorme talento interpretativo, y éste hecho la lleva a ser nominada a los Oscar de aquel año.

A partir de éste momento sus interpretaciones son todas memorables, y sus películas todas de gran calidad “Sed de dominio”(1948) protagonizada junto a Robert Montgomery ,”Odio entre hermanos”(1949), bajo la dirección del gran Mankiewitz o “My foolish heart” (1949) protagonizada junto a Dana Andrews y por la que consiguió su segunda nominación a los Oscar.

En los años 50 siguió interpretando papeles importates y de gran calidad como “Las nieves del Kilimanjaro”(1952), junto a Gregory Peck. Esta película, basada en un relato de Ernest Hemingway, ganó dos Oscar en dirección artística y mejor fotografía respectivamente.
En 1952 es nominada de nuevo a los Oscar por un musical llamado “With a song in my heart”(1952) y en el año 1956 de nuevo opta a los Oscar con la película “Mañana lloraré” en la que interpreta genialmente la vida de una actriz, bailarina y cantante, de la primera época del cine sonoro llamada Lillian Roth ,cuya vida de alcohólica nos hace ver toda la crudeza de ésta terrible adicción. Un dramón en el amplio sentido de la palabra, en la que Hayward aportó una memorable y extraordinaria composición del personaje. Este mismo año protagoniza junto a John Wayne “El conquistador de Mongolia”, la película  que fue rodada en Utah, población en la que anteriormente se habían realizado pruebas nucleares, provocó  que la mayoría de los actores que participaron en ella, contrajeran años después diversos tipos de cánceres que también afectaron tanto a Susan como a Wayne..

Fue en 1958 donde consigue por fin el Oscar con su interpretación en la película “Quiero vivir”. La historia se centra en la vida de una convicta, Bárbara Graham,condenada a muerte en la cámara de gas por un homicidio en la que supuestamente se ve involucrada, y en el que ella niega haber participado. Basada en un hecho real, el guión se escribe mediante las lecturas de unas cartas,escritas por la misma Bárbara ,en las que proclamaba su inocencia.

A partir de su recordada intepretación en “Quiero vivir “, sus películas van perdiendo calidad y aparece en títulos como “El valle de las muñecas”(1967), o su última interpretación en el año 1972 con “Los Vengadores”. Se retira definitivamente del cine ,y en el año 1975 muere a causa de un tumor cerebral con tan sólo 56 años.
Aquí acaba la vida de una gran actriz, una actriz que a los que nos gusta el buen cine siempre recordaremos ,aunque no tuviera una belleza arrebatadora( ni falta que le hacía),como una de las mejores actrices dramáticas de una época fascinante , con intérpretes de calidad, con intérpretes que demostraron que para triunfar en aquellos tiempos, se tenía que contar con algo más que con un bonito rostro.