domingo, 26 de mayo de 2013

JOSEPHINE BAKER





Baker no entraría dentro del estereotipo de Diva del cine, por lo menos como el público considera a este tipo de artistas, entre otras cosas porque su filmografía tampoco fue muy extensa, pero considero que por su trayectoria, su valentía, su talento, su gracia y su desparpajo, esta mujer se merece, como la que más, por lo menos ser nombrada, y dedicarle el espacio que se merece entre tanto nombre de actrices maravillosas, que aunque quizás más glamourosas o conocidas, nada tenía que envidiar de ellas la preciosa Josephine.

Fue de las pocas artistas que alcanzó la misma popularidad por su aportación al mundo del espectáculo, que por todas las obras benéficas que realizó.

Su corazón y su voluntad de ayudar a los demás fué inmensa. Logró una sustanciosa fortuna que dedicó en gran parte a las causas justas, entre las que se encontraba en primer lugar la lucha ante la igualdad entre razas.

Cuando contó con el prestigio y el dinero suficiente para poder hacerlo, adoptó, nada más y nada menos, que a doce niños, todos de diferente raza, para demostrar al mundo que la convivencia entre distintas etnias era, amén de posible, enriquecedora y necesaria.

Fue también una mujer valiente, de valentía forjada en su propia desgracia, pero este hecho la hizo más fuerte, y teniendo ya un nombre y un reconocimiento por parte de la élite de la sociedad parisina, participó junto a la Resistencia Francesa, recibiendo por parte del gobierno francés la valiosa y significativa “Cruz de Lorena”.



Josephine Baker (1906–1975) was an American-born French dancer, singer, and actress who came to be known in various circles as the "Black Pearl," "Bronze Venus" and even the "Creole Goddess". Born Freda Josephine McDonald in St. Louis, Missouri, she later became a citizen of France in 1937.:


Pero todo tiene un comienzo, y la vida de Josephine comenzó casi con el nacimiento del siglo XX, un 3 de Junio del año 1906.







Josephine vivió una infancia traumática, primero debido al abandono de su padre, hecho que les llevó a la pobreza más absoluta, y segundo a la nueva pareja de su madre, hombre desempleado y vago, que esperaba por parte de las mujeres de la familia que le mantuvieran los vicios.

Con esta situación en casa, Josephine se vio en la necesidad de ponerse a trabajar a muy temprana edad, abandonando así sus estudios. Pasó su infancia trabajando como empleada doméstica y niñera, sufriendo constantes discriminaciones y abusos por el simple hecho de ser negra.

Se casó con tan solo trece años, sobre todo para lograr algo de independencia y alejarse del hogar en el que había nacido, pero este matrimonio estaba condenado al fracaso y se disolvió rápidamente. En el año 1921, se casó por segunda vez con Willie Baker, del que conservó su apellido, para su nombre artístico. Durante el transcurso de estos matrimonios ella siguió trabajando, pues no le gustaba depender de ningún hombre económicamente. 




Josephine Baker at the Follies Bergeres (Paris). JB was a BRAVE SPY who helped defeat the Nazis!:



A los 14 años ya había ganado su primer concurso de baile, y con 16 pasó a formar parte de un grupo de danza de Filadelfia, rechazándola tiempo después pues la consideraban demasiado torpe y oscura de piel.


En 1923, con tan sólo 17 años, se trasladó a Nueva York gracias a que logró integrarse de nuevo, como corista, en la compañía que antes la había rechazado.

Una vez allí, logró introducirse en Broadway con un espectáculo llamado “Chocolate Dandies” actuando en locales tan famosos como “Plantation Club “o el mítico “Cotton Club”.
En 1925, regresó a Francia donde actuó como corista con el espectáculo “Le Reveu Negre” donde brilló con su cuerpo espectacular, y su gran talento.






Concretamente fue en el mes de Octubre del año 1925 , cuando comenzó su imparable carrera, ganándose al público vestida con un cinturón hecho de bananas única y exclusivamente. En tres meses consiguió lo que otras habían tardado años: convertirse en la figura principal del Folies Bergère.






Cuentan las crónicas, que fue ella la que introdujo el Charlestón en Europa, y que en el año 1927 se convirtió en la artista mejor pagada de este continente.

Era tal su fama, que las mujeres parisinas la imitaban oscureciendo su tez con polvos de cremas de nueces, y los parisinos le pusieron motes como :”La Perla Negra”, o “La diosa Criolla”.

En 1930, añadió el canto a sus actuaciones, y participó en varias películas como “La Sirène des tropiques” o “La Princesa Tam-Tam”.
Ya en la gloria de su carrera Josephine tenía una espina clavada en su corazón: el público americano seguía sin aceptarla tan sólo por su condición de mujer de raza negra.

La conciencia colectiva americana, era puritana, racista, y la gente no lograba entender como una mujer negra gozaba de tanto privilegio y tanto poder, cuando allí eran considerados seres inferiores: en América se seguía asociando al hombre negro con el esclavo. Los desprecios hacia ella eran constantes, y la crítica se cebaba con ella de manera gratuita e inmisericorde.

 
Joséphine Baker in Monte Carlo by Jack Garofalo, 1974.:


Pero Baker ,que era una mujer sensible y en la misma medida persistente, nunca se olvidó de los hermanos que vivían allí en condiciones nefastas , y volvió con la intención de luchar por la integración racial .


El recibimiento fue frío…. distante, tal y como ella había imaginado, pero lejos de acobardarse luchó para a sus actuaciones pudiesen acceder todo tipo de personas, sin discriminaciones raciales. Ésto provocó que en muchos lugares la rechazaran, como fue el caso del “Strok Club” de Nueva York. Esta situación provocó su ira, y arremetió contra ellos valiéndose de la prensa, la poca prensa que la apoyaba, dejando así constancia de todas las humillaciones recibidas .





Finalmente apareció en el "Carneguie Hall", y fue ovacionada, aplaudida y comprendida por una gran multitud de personas: finalmente la aceptaban y tal vez esto fuera un pequeño paso frente a la discriminación racial.
En 1975 volvió a París para celebrar los 50 años sobre un escenario. La presentación se hizo en el “Bobino Theater” de París, y tuvo una audiencia innumerable que incluso contó con la presencia de Gracia de Mónaco.
El gran escritor Ernest Hemingway dijo de ella:”Es y será la mujer más sensacional que nadie haya visto ni verá jamás.”

Murió el 12 de Abril de 1975 en París, la ciudad que la acogió con los brazos abiertos. Cuando murió ya se había ganado el respeto y la admiración de toda la gente. Fue la primera mujer norteamericana en recibir honores militares en sus funerales. Su tumba se encuentra en el cementerio de Mónaco.

Su historia es fascinante......una de las más fascinantes y loables de todas las vidas que he tenido el placer de conocer mediante los trabajos efectuados aquí en mi blog.

Valiente, fuerte, talentosa, amorosa, compasiva, tolerante, luchadora....¡Admirable! esa es la palabra exacta para describir a esta mujer.






Josephine Baker, 1950 Vintage Black Glamour at its best.:




Josephine Baker in her dressing room by Luis Ramon Marin (1930):

martes, 14 de mayo de 2013

INGRID BERGMAN






Ingrid era de esas mujeres de belleza tímida, elegante, y algo campestre. Robusta y de elevada estatura, había llegado a Hollywood algo reticente, ya que ella misma no lograba imaginar qué podía ofrecer en un mundo plagado de tanta superficialidad, en el que abundaban las actrices que parecían estar cortadas por el mismo patrón.
Le debemos dar las gracias a Selznick , por habernos ofrecido la posibilidad de disfrutar de una de las actrices con más personalidad, más talento, y más belleza de toda la historia del cine.






Nació el 29 de Agosto de 1915 en Estocolmo (Suecia). Desde pequeña su sueño fue convertirse en actriz, pero su timidez siempre le impedía tomar la decisión de hacerlo. Finalmente, poco después de terminar el bachillerato, se matriculó en el Royal Dramatic de Estocolmo para estudiar interpretación.
A los 17 años debutó en el cine con la película “Lanskamp”, pero lo cierto es que su aparición no causó sensación alguna por lo que decidió volver al teatro.
Fue un film llamado “Intermezzo”(1936), el que finalmente le proporcionaría una gran popularidad, y un muy positivo reconocimiento de su trabajo.






Ya convertida en una gran estrella en su Suecia natal , fue requerida por el importante produtor David O. Selznick, que quedó impactado con la belleza nada artificiosa de la actriz y su gran talento. Ingrid sentía un pánico atroz ante la perspectiva de viajar a América, pero Selznick, hombre obstinado donde los hubiese, no cejó en su empeño de llevarla con él a Hollywood. Ingrid aceptó, pero eso sí, con la condición de que su nombre y su imagen no fuera cambiados. Así inició un camino por el cine, que la llevaría a convertirse en una de las actrices más requeridas e importantes de la historia del séptimo arte.
Su debut en Holywood se produjo con un remake de "Intermezzo", junto al gran Leslie Howard. Hollywood se rindió a sus pies.









Los siguientes años fueron muy prolíficos en su carrera, protagonizando títulos como”El extraño caso del doctor Jekyll”, junto a Lana Turner y Spencer Tracy , en la que para desligarse un poco de sus anteriores papeles de buena chica, insistió en interpretar el papel de la prostituta y casquivana Ivy Patersson.


A esta película le siguieron otras tantas, todas ellas muy aceptables ,como”Los cuatro hijos de Adán”(1941) o “Alma en la sombra”(1941) que protagonizó junto a Robert Montgomery.
Fue en el año 1942 cuando aparecería en "Casablanca", film por el que más se la recuerda, y que ha pasado a ser uno de los más míticos de toda la historia del cine. "Siempre nos quedará París", está acuñada como una de las frases de película más famosas de todos los tiempos.






El año 1943 supone su primera candidatura a los Oscar con el film “¿Por quién doblan las campanas? (1943).
Al año siguiente es premiada con un Oscar, por su interpretación en “Luz que agoniza” (1944); este melodrama con una buena dosis de intriga y suspense que protagonizó junto a Charles Boyer y Joseph Cotten, la hizo relucir como actriz dramática.




A finales de los años 40 siguió interpretando papeles que la inmortalizarian para siempre en el mundo del cine, algunos títulos como “Las campanas de "Santa María”(1945) y ”Juana de Arco”(1948), le valieron de nuevo sendas nominaciones a los Oscars.
“Recuerda”,”Encadenados” o “Atormentada” la llevaron a trabajar en tres ocasiones con el mismo director, que no fue otro que el gran Alfred Hitchcock.














Toda esta incomparable trayectoria profesional ,casi se fue a pique por un escándalo amoroso que protagonizó ella misma (esta vez en la vida real), enamorándose del por entonces famosísimo director italiano Roberto Rossellini, abandonando a su marido y a su hijo, para iniciar su vida con Roberto en Italia. Este hecho la apartó un largo tiempo de los EE.UU y rodó alguna película en Italia con Rossellini como “Te querré siempre”, “Nosotras, las mujeres” o “Europa 51″.

Con Roberto tuvo tres hijos llamados Robertino y las gemelas Issota e Isabella , por cierto ésta última muy conocida por sus campañas de la gran firma francesa “Lancôme”,y protagonizar la excelente película “Terciopelo Azul”.

La relación que tantos quebraderos de cabeza le había costado, acabó en divorcio unos años después.
Al volver de nuevo a Hollywood, protagonizó la que daría su segundo Oscar “Anastasia”(1956), en la que compartió trabajo con Yul Briner. Como anécdota contar, que no fue ella misma a recoger la estatuilla, sino que lo hizo su gran amigo Cary Grant en nombre de ella.







A partir de los años 60 sus películas más notorias son “Flor de Cactus”,”No me digas adiós” o” El Rolls-Royce amarillo”.

Fue en 1974 cuando logró su tercer Oscar con “Asesinato en el Orient Express”, esta vez como mejor actriz secundaria. Su última aparición en el cine con la película “Sonata de otoño”que rodó en 1978, motivó su última nominación a los Oscar.

Sus últimos años de vida los dedicó a la televisión donde protagonizó una serie que contaba la vida de Golda Meir ,primera Ministra israelí que fue una de las primeras jefas de gobierno del mundo. Por esta interpretación recibió el premio Emmy.

Su vida acabó el 29 de Agosto de 1982 a causa de un cáncer.Curiosamente murió el mismo día del mismo mes en que había nacido.

martes, 7 de mayo de 2013

LA FEMME FATAL


"Usted tiene ojos de mujer fatal"... llevaba por título la famosa obra escrita por el dramaturgo Enrique Javier Poncela, estrenada allá por los años treinta.

Y es que la mujer fatal ha existido en todas las épocas de la historia de la humanidad, pero cierto es que fue el cine el que la popularizó mundialmente.

Si nos trasladamos a tiempos remotos ya podemos encontrar numerosos casos de mujeres fatales: mujeres perversas, caprichosas, pero fascinantes y sobrecogedoramente atractivas.

Es el caso de la bella pero retorcida Salomé, que despechada por los rechazos de Juan Bautista, pide que le corten la cabeza, la cual le será entregada en una bandeja de plata.
"Salomé", fue interpretada en el cine por varias actrices, todas ellas con un currículum repleto de papeles de mujer fatal. La pelirroja más famosa de la historia del cine, la preciosa Rita, que tras interpretar "Gilda", o "La Dama de Shanghai", cubrió su esbelto cuerpo con velos transparentes, vaporosos e incitantes para dar vida a tan famosa princesa.



Para la femme fatal el sexo es su mejor baza...pero no lo muestra explícitamente . Al principio solamente lo insinúa: andares de felina, miradas insinuantes de los más exquisitos placeres, y elogios hacia el varón que ha escogido como víctima.
Una vez que la presa cae en sus redes comienza el verdadero placer, el placer sexual que es lo que sabe que demanda el hombre, y con él la posesión absoluta de su voluntad .
La mujer fatal no tiene porque ser dueña de una belleza deslumbrante, pero si debe ser muy femenina, y ante todo inteligente y muy...muy ambiciosa.
El cine negro americano fue el que mejor supo plasmar la esencia de la femme fatal.
Para muestra tenemos a una esplendorosa Bárbara Stanwyck en "Perdición".

Su víctima un hombre bueno, honrado...un hombre que poco a poco se ve atrapado, oprimido por los maquiavélicos planes de una ambiciosa mujer. Él está enamorado, por lo que no ve con claridad a lo que se enfrenta. Lo peor es la envoltura del diablo, que es "endiabladamente" atractiva, y él cede...cede a sus deseos, sin imaginar siquiera el grado de perversión que encontrará al final de tan degradante aventura pasional.

Bárbara demuestra que no es necesario un físico fuera de lo común para poseer al varón elegido; mucha sensualidad, un buen descenso de escalera, me refiero a la estupenda secuencia de la película en la que tan solo se muestran los pies de Stanwyck bajando las escaleras con zapatos de tacón y tobillo adornado con pulsera, y para rematar la cuestión lo más importante: carecer de escrúpulos.





Phyllis Dietrischon (Barbara Stanwyck ('Perdición', 1944)):


Otra femme fatal, esta vez real, cuya vida ha sido llevada a la pantalla en numerosas ocasiones fue Mata-Hari.
Lo que siempre me ha parecido curioso es como una mujer que seguramente no podría pasar desapercibida debido a su gran hermosura, pudo ejercer de espía, pero esa.... es otra cuestión.

Cuentan las crónicas, que era igual de hermosa que amoral e insensible, y que tras ella dejó cientos de corazones destrozados con tal de conseguir sus propósitos. Propósitos que no eran otros que los de poseer una sustanciosa fortuna, y rodearse de los más ostentosos lujos, deseos estos muy propios de cualquier femme fatal que se precie de serlo.

Greta Garbo personificó a la exótica bailarina en el cine, y nadie mejor que ella para darle vida: rostro de rasgos divinos y mirada turbadora, junto a una personalidad fascinante y... ¡eh voilà ! : la dominación está servida.


Greta Garbo in the 1931 film “Mata Hari.”...who says there wasn't any nudity in the old movies?:

En "The Killers", Ava Gardner encarna el personaje de Kitty Collins; Kitty es la reina absoluta del hampa, y objeto de admiración en todas las fiestas de la mafia. Ava Gardner, Kitty, sentada al piano, enfundada en un vestido negro de satén, hombros al descubierto y cantando con voz grave, susurrante....sensual, y un rostro de belleza extraordinaria ¿Quién no se hubiese rendido ante semejantes encantos? Burt Lancaster, "El Sueco" en la película, lo hizo y como cualquier mortal sucumbió a las artimañas de la mujer fatal que, valga la redundancia, fue su mayor fatalidad.






Kathleen Turner, en "Fuego en el cuerpo", demostró que las vampiresas seguían existiendo después de tantos años de olvido por parte del séptimo arte.


Con esta película volvió también una pizca del buen cine negro de antaño: ambientación adecuada, luces y sombras inquietantes, intriga, y una oportuna dosis de erotismo la que nos regaló la sensual Turner.

Aquí, debido a la época, el sexo es más evidente, se dejan las sutilezas a un lado, y se nos muestra la pasión sin recato, pero la finalidad es la misma: el juego de una tentadora y sensual mujer que lleva a la perdición al ingenuo de turno.

Terminaré este post haciendo alusión a una femme fatal de nacionalidad española: Carmen.

En la película de Vicente Aranda, es Paz Vega la que encarna a esta deseable mujer.

De carácter libre, desparpajo a raudales, y belleza subyugante, Carmen es imposible de domar por nadie.
No me gustó especialmente esta adaptación de Carmen para el cine, principalmente porque se pierde la esencia de la verdadera mujer fatal con tanto desnudo gratuito, pero el espíritu de la verdadera Carmen, aquella a la que no le hace falta enseñar los pechos continuamente para atraer al hombre, sobrevuela sutilmente por el film, por eso y porque es nuestra particular femme fatal he decidido incluirla en este pequeño "homenaje" a las mujeres más traicioneras, maquiavélicas y deseables del cine.





Así que ya sabéis, si encontráis en vuestra persona alguna de las características mencionadas con anterioridad, ¡ojo! qué ejercer de femme fatal siempre acaba pasando factura, porque una cosa es ser coqueta o presumida, y otra ser mala como la tiña.


De ello puede dar buena cuenta el pobre Sansón.








jueves, 2 de mayo de 2013

LUCILLE BALL



Fue de las pocas actrices con auténtica capacidad para hacer reír al público: tenía ese mágico don de alegrar la vida de los demás casi sin pretenderlo.

Ese rostro agraciado de Lucille no parecía estar hecho para materia cómica, sin embargo sí lo estaba su carácter extrovertido, vital , alegre, y ésto último, sin duda, fue la clave de su éxito.

Su pretensión inicial fue la de dedicarse a la interpretación más seria, ya que se matriculó en la Escuela de Arte dramático de Nueva York, pero aconsejada por la misma profesora que le impartía clase optó por abandonar tal propósito, ya que no encontraban  en ella cualidades suficientes para tales menesteres.

Encaminó entonces su futuro hacia otras miras, y como su físico se lo permitía, comenzó a modelar y ejercer de corista en un conjunto que fue el que de alguna manera le abrió las puertas del cine. Una vez en Hollywood, paseó su belleza natural por varias comedias musicales, entre otras "Sombrero de copa", junto a Fred y Ginger, o  "Sigamos la flota" de nuevo junto a estos dos intérpretes, pero ya con un papel secundario algo más relevante.






Sus compañeros más frecuentes en el cine fueron cómicos de la talla de Bob Hope o Red Skelton, y no perdió la batalla ante ellos.

Participó en películas inolvidables como "Damas del teatro", "El hotel de los líos" o "Ziegfeld Folies", pero lo cierto es que no fue hasta finales de los años cuarenta cuando Lucille consiguió algo de notoriedad en el cine con películas como "Envuelto en la sombra", "El asesino poeta", o "El Rey del Oeste".




A finales de los años cuarenta la televisión emergió con fuerza en los EE.UU, y Lucille, tal vez porque nunca llegó a ser una estrella deslumbrante en la gran pantalla , o, lo más probable,  porque fue una de las tantas a las que se persiguió en la caza de brujas iniciada por McCarthy, decidió abandonar el mundo del cine.

Lucille, para más inri, estaba casada con un cubano llamado Desi Arnaz, por lo que las suspicacias hacía su persona se multiplicaban por cien. Negros nubarrones amenazaban a la artista, que era señalada por la prensa amarilla como comunista, y además proclamada, ya que ella misma en los años treinta anotó su nombre en la lista de afiliados al citado partido.





Como otras muchas artistas, probó suerte en la televisión, sin tener aún idea de que sería ésta, la pequeña pantalla, la que le concedería los más grandes éxitos de toda su carrera profesional. 

Lucille y su marido formaron una productora propia, y muy pronto su programa "I Love Lucy", fue el preferido del público norteamericano.

El éxito de la serie se basó en una reflexión de la propia actriz: ¿qué mejor que darle al público una serie de ficción que los haga reír y los entretenga, pero que sea cercana a sus vivencias cotidianas, y con la que se puedan sentir en cierta medida identificados?
Lo cierto es que no fue totalmente una novedad, ya que algún tiempo antes de que la CBS le ofreciera llevar este proyecto a la televisión, Lucille ya andaba trasteando por la radio con un programa llamado "Mi esposo favorito", que fue acogido estupendamente por el público y que en realidad fue el preámbulo de la serie "I love Lucy!





El programa fue innovador en muchos aspectos, ya que fue el primero en ser filmado con público presente, y éste hecho lo dotaba de una calidez y una familiaridad que agradaba al televidente.

El personaje elegido por Lucy resultaba cercano al tratarse de un ama de casa, que andaba buscando en la vida algo más que las tareas domésticas.




Todo esto unido a la gran gestualidad de Lucy, y sus grandes ojos que expresaban más que las palabras, convirtió a la serie en una de las más vistas de toda la historia televisiva americana.

El primer episodio se retransmitió en el año 1951, y el programa duró en antena hasta 1957, año en que decidieron no prolongar más la emisión, y no precisamente por falta de audiencia, llegó a tener en una sola emisión 44 millones de televidentes, sino porque Lucy tenía en mente otro proyecto que pudo llevar a cabo con el mismo éxito y la misma audiencia, y que llevó por nombre "The Lucy-Desi Comedy Hour".

Tras casi tres décadas de matrimonio decidió separarse de Desi Arnaz, hombre que sin duda contribuyó a potenciar  y engrandecer su imagen en televisión, y sus vidas siguieron caminos diferentes.

A partir de este momento Lucille se convirtió en una destacada mujer de negocios, y siguió produciendo series, que sin lograr el gran éxito de la primera, fueron acogidas con agrado.

"Los tuyos, los míos, y los nuestros", fue la última película que le aportó un gran éxito, junto a Henry Fonda, y que volvió a tratar las vivencias cotidianas de una familia.




Lucille falleció un día de Abril del año 1989, pero para los americanos ya forma parte de la memoria colectiva. Aquella pelirroja pizpireta, hermosa, de ojos grandes y labios voluptuosos, que fue capaz con un físico deslumbrante de convertirse en la amiga ,en la esposa, en la vecina alocada pero deliciosa..., pero que por encima de todo fue capaz de convertirse en "la reina de la comedia", siempre tendrá un destacado lugar en el corazón de los norteamericanos.







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