JEAN PETERS

Jean irrumpió en el panorama cinematográfico de los años cincuent, de manera arrolladora. Aportó un nuevo tipo de belleza al cine de la época: una belleza sensual y seductora , pero no lo bastante sexual, como para impedirle interpretar papeles de toda índole.

Así, a lo largo de su efímera carrera se transformó en vampiresa, en la novia correcta y sencilla que toda madre desearía para su hijo, o en heroína aventurera.

Cuando la Fox la descubrió, también descubrió en ella su gran naturalidad y fotogenia, características que la hacían resplandecer en cualquier fotografía, por lo que quiso hacer de ella una gran estrella. Sin embargo esta finalidad con el paso del tiempo, tan sólo quedó en intención, porque aunque el público admiraba su belleza, no llegó nunca a considerarla lo bastante interesante como para otorgarle esa categoría.

Según un escritor y crítico de la época llamado Richard Schickel ,Jean no llegó a cuajar entre el público por la mala promoción que de ella efectuaron los estudios de cine, pues la presentaron al gran público con demasiadas personalidades distintas, tanto en la pantalla como en los lanzamientos publicitarios, así que la gente no supo en que lugar posicionarla. Hoy en día es una actriz prácticamente olvidaba, y precisamente por eso aquí la recordamos, porque durante unos años de su carrera cinematográfica, estuvo a sólo un paso de convertirse en una gran estrella del cine.

Elizabeth Jean Peters, nació en Canton (Ohio), un 15 de Octubre de 1926. Era hija de un conocido y reputado ingeniero de Ohio, por lo que poco se podían imaginar sus progenitores, que Jean acabaría decantándose por la interpretación, y menos después de haber cursado estudios para dedicarse a la enseñanza, en la cual trabajó durante algún tiempo.

Jean consciente de su belleza decidió probar suerte en el mundo de los concursos de misses, presentándose en el año 1945 al concurso de Miss Ohio, en el cual quedó ganadora. A partir de este momento su vida comenzó a cambiar de forma inesperada, pues parece ser que el todopoderoso Darryl F. Zanuch, quedó prendado de su belleza llegando personalmente a solicitar su presencia para hacerle unas fotografías y unas pruebas ,ya que pensaba que podía aparecer fantástica en una película llamada “El capitán de Castilla” (1947), en la que tendría como compañero nada más y nada menos que al solicitado y elogiado galán Tyrone Power.

Por lo tanto su debut cinematográfico se produjo con este film de aventuras dirigido por Henry King, en la que ella apareció en el papel de campesina española, siendo necesario sombrearle la piel con cierta cantidad de polvos oscuros para que su personaje fuera algo más creíble.

Al año siguiente de nuevo la dirigió Henry King en “Aguas profundas”(1948), donde apareció interpretando el personaje de una mujer rural, pero esta vez al lado de otra estrella de la época como fue Dana Andrews.

En la comedia “Quiero a ese bruto”(1948), e interpretando el papel de institutriz, demostró que también contaba con la gracia suficiente como para hacer pasar al público un rato agradable, así que al año siguiente repitió más o menos la misma fórmula con “It Happens Every Spring” (1949), película que obtuvo una nominación a los Oscars como mejor historia.

Aunque en la comedia demostró con creces su desenvoltura, en el año 1951, fue solicitada para protagonizar un drama, con algún tinte de comedia, en el que fue dirigida por Jean Negulesco director que por cierto trabajaría con ella en cinco ocasiones más pues la tenía en muy alta estima, llamado “Take Care off  My Little Girl”.

Con el film “La mujer pirata” (1951), demostró que el papel de aventurera la hacía, si cabe, más bella, y tuvo la misma destreza y desenvoltura que en anteriores papeles, pero esta vez manejando la espada como una temible corsaria, en compañía de actores como Louis Jordan o Debra Paget.

Jean Negulesco la dirigió en una formidable historia, de entre las cuatro que compusieron una deliciosa película llamada “Cuatro páginas de nuestra vida” (1952), en la que compartió créditos con Anne Baxter, logrando ambas una sensible y delicada interpretación.

El mismo director la dirigiría en "Un grito en el pantano" (1952), película que fue un remake de una estrenada en el año 1941 con el nombre de “Swamps Waters”, pero que obtuvo mucho más éxito en esta segunda versión, pues ya fue rodada en tecnicolor y se podía apreciar lo sexy y hermosa que aparecía Jean, vestida con jirones de tela, y que la hicieron sumamente popular entre los adolescentes de la época.

En el año 1952, y con la película "Viva Zapata", Jean demostró que su talento para la interpretación era obvio, y aunque tuvo como competidor, escénicamente hablando, al gran Marlon Brando que daba vida al personaje de Emiliano Zapata, la crítica también se detuvo a analizar, con estupendos resultados, el magnífico trabajo realizado por la actriz, y esto le supuso una mayor consideración en el mundo del cine.

Destacó también en una buena película de cine negro llamada “Manos peligrosas” (1953), demostrando su sensualidad y su talento en compañía de Richard Widmark y de la eterna secundaria, pero no por eso menos espléndida,Thelma Ritter .

En "Niagara" (1953), Henry Hathaway,le puso el listón muy alto, al hacerla competir en belleza con la provocativa y exuberante Marilyn Monroe, y aunque fue ésta última la que salió claramente ganadora respecto a las pasiones levantadas entre el público masculino, Jean tampoco pasó inadvertida en su papel de recién casada, algo modosita, pero encantadora y sensata; el director ofreció al público dos tipos de mujeres muy diferentes: una rubia vampiresa algo pérfida, y como contrapunto, tal vez para hacer el personaje de Marilyn a los ojos del espectador más malvado, el perfil de una morena cándida e inocente pero a la vez sensual ,y algo más accesible a las fantasías masculinas.

Aunque hay que reconocer que estuvo más que correcta en su papel, Marilyn se apoderó totalmente de la cinta con sus andares provocativos, y con sugerentes imágenes en las que llegó a aparecer semidesnuda bajo unas sábanas blancas, que dejaban adivinar las perfectas formas de su cuerpo. 

Tras su ensombrecida aparición en "Niágara", interpretó un modesto film policiaco, casualmente al lado de Joseph Cotten que se llamó “Asesinato a la orden”(1953).

Un año después de nuevo deslumbró en la pantalla grande, pero esta vez con dos estupendos westerns: “Flecha Rota” (1954) y “Apache” (1954).  Con “Apache”, consiguió que se hablara mas de ella pues la película protagonizada junto al gran Burt Lancaster obtuvo un notable éxito y muy buenas críticas, aunque, todo hay que decirlo, también surgieron voces contrarias, que se quejaban de la mala caracterización de ambos protagonistas, ya que en pantalla se notaba exagerado el maquillaje utilizado para procurarles una piel algo más oscura.

En “Creemos en el amor”(1954), sin embargo apareció tal cual era, quizás incluso más sofisticada de lo que en ella era habitual; la romántica historia rodada en Roma , obtuvo bastante popularidad en la época, y al ser rodada en cinemascope y en tierras italianas, se pudieron apreciar bonitos paisajes con vistosos y alegres colores.

Precisamente fue durante el rodaje de esta película, cuando conoció al que sería su primer marido con el que contrajo matrimonio poco después de finalizar el rodaje. Parece ser que esta fue la causa del abandono casi definitivo de Jean en el cine, aunque en el año 1955 apareció en un drama religioso llamado “”Un hombre llamado Peter”.

Al finalizar el matrimonio con su primer marido, tan sólo dos años después de haberse casado, se unió sentimentalmente al magnate Howard Hughes al que permaneció unida trece años. Una vez rota al relación contrajo de nuevo matrimonio, esta vez con un importante empresario cinematográfico llamado Stanley Hough, pero ni siquiera que su marido fuera uno de los todopoderosos del cine, fue suficiente razón para que Jean se decidiera a volver de nuevo al cine, claro está que gozaba de una situación económica excelente, y ni falta que le hacía.

Más de veinte años después de su última interpretación en la gran pantalla, reapareció en una miniserie televisiva titulada “Traficantes de dinero”, junto a actores como Kirk Douglas, Joan Collins o Christopher Plummer. Esto ocurrió en el año 1976, y por estas fechas sólo unos pocos se acordaban de ella, pero parece ser que a Jean no pareció importarle mucho, pues fue por decisión propia por lo que abandonó el mundo del cine unos cuantos años atrás.

Jean murió en Los Ángeles un 13 de Octubre del año 2000. Su trayectoria en el cine no abarcó más que ocho años de su vida, pero durante este espacio de tiempo, se codeó con los más importantes y solicitados actores del momento, y nos dejó una filmografía entrañable y plagada de estupendos títulos. Caracterizada de corsaria, de india, de mexicana, de mujer tentadora, o de mujer discreta y sensata; yo personalmente no sabría con cual de ellas quedarme, por que en todas y cada una de ellas apareció deliciosamente maravillosa.